No tenemos ningún miedo a acudir al médico cuando nos encontramos mal físicamente, eso lo vemos como algo normal, no nos avergonzamos, no lo escondemos. En cambio, esta actitud no la tenemos cuando se trata de cuidar nuestra salud mental, que en mi opinión, es igual o más importante que nuestra salud física, ya que no hace falta decir que muchos de nuestros problemas físicos derivan de nuestra psique.
¿Cuantas veces habremos oído o dicho estas frases?:
“¿Vas a terapia? pero ¿qué te pasa?” “Yo, ¿ir a terapia? ¡pero sino estoy loco!” “Yo no necesito a un psicólogo, yo lo sé resolver solita” “El tiempo lo cura todo” “Con mi amigo ya tengo suficiente, él da buenísimos consejos”.
Estoy segura que muchas veces.
No hay que olvidarnos que los psicólogos no dan simples consejos, sino que tienen una formación específica para entenderte y ayudarte, profundizando en la búsqueda de la raíz del conflicto e ir más allá. Te ayudamos a que seas tu, quien se enfrente al
conflicto, lo resuelvas con tus recursos y puedas así, escoger el camino correcto para solucionar el problema sin que tengas que depender de un psicólogo de por vida cada vez que haya un obstáculo en tu camino, sino que seas tu quien se ayude así mismo.
A veces me pregunto como cambiaría el mundo si no emitiéramos estos juicios
peyorativos y destructivos que no nos conducen a nada, tomáramos conciencia que no somos omnipotentes y que a veces necesitamos ayuda o simplemente una visión externa para la elección correcta del camino que queremos tomar y sacar nuestra mejor versión. Sería un mundo con las mejores versiones de cada persona.
Para dirigirte al camino de la salud mental, el primer paso es tomar conciencia. Hay muchas veces que pasamos por encima de lo que sentimos y pensamos. Actuamos siempre por encima, vivimos en la epidermis. Eso no es tomar conciencia, eso es vivir
de puntillas sin saber lo que realmente pensamos o sentimos. ¿Quién quiere pasar por esta vida dando saltitos sin realmente plantar los pies en la tierra y vivir de una forma plena y consciente?
La terapia no es solo para aquellas personas que tienen tremendos problemas o trastornos psicológicos o psiquiátricos, sino también, para aquellas personas que
tienen alguna piedrecita en su zapato que les impide seguir adelante con su vida de forma cómoda sin sentirla constantemente rozando con su pie, o simplemente para aquellas personas que quieren hacer un trabajo introspectivo para conocerse más y conectar de manera profunda con su esencia.
Es un espacio para para todos nosotros, para nuestro desahogo, es una hora a la
semana donde se te permite expulsar todos tus sapos y culebras sin ningún tipo de
juicio, en un espacio afable y seguro, donde recibirás un feedback que te ayudará a
desarrollar tus propias herramientas y recursos para enfrentarte a posibles futuros desajustes de una manera adaptativa. Es un momento para ti, para quererte y cuidarte.
Alejandra Krieger, Psicóloga Sanitaria